LA VOZ DE LA AMÉRICA LATINA DESDE MÉXICO CUMPLE 87 AÑOS
La radio llegó a la vida de los mexicanos en 1921; una de las primeras transmisiones fue realizada durante la visita del presidente Álvaro Obregón a Córdoba, Veracruz, para conmemorar el centenario de la consumación de la independencia.
Resultaba tan atractiva que su desarrollo fue vertiginoso y en 1923 nació la XEB –por entonces bajo las siglas CYB-, estación radiofónica de la cigarrera El Buen Tono, que fue la primera estación que comenzó a transmitir música mexicana. La emisora se encontraba en la propia fábrica y para promover el uso de la radio, la cigarrera regalaba un aparato radiofónico al canjear 15 cajetillas de cigarros.
Pero su despegue comenzó con la creación de la XEW que inició transmisiones el 18 de septiembre de 1930, a las 8 de la noche. Los estudios se encontraban en la calle 16 de Septiembre, en el centro de la ciudad de México, en la parte alta del inmueble que ocupaba el famoso cine Olimpia.
No fue un azar que el maestro Miguel Lerdo de Tejada dirigiera a la Orquesta Típica de la Policía interpretando la Oda a la alegría –sinfonía número 9- de Bethoveen obra con la que comenzó la primera transmisión de la W. Su trayectoria en el ámbito de la música era de todos reconocida, su presencia esa noche, anunció el futuro promisorio que aguardaba a los artistas en la radiodifusión mexicana.
“La voz de la América Latina desde México” abrió un espacio jamás imaginado para autores, compositores e intérpretes. Su fundador, Emilio Azcárraga Vidaurreta, todo un visionario, cambió la forma de difundir la música en México a través de la XEW, pues involucró a los compositores y artistas más importantes de la época.
Poco a poco, personalidades del mundo de la música como Tata Nacho, Gonzalo Curiel, Agustín Lara, Manuel Esperón, Lucha Reyes, Alfonso Esparza Oteo, Toña “la Negra”, el propio Lerdo de Tejada, entre muchos otros, impulsaron el despegue de la radiodifusora, pero al mismo tiempo, consolidaron su popularidad por toda la república, gracias a las repetidoras, y también a que los programas musicales se realizaban en vivo y con público.
La XEW encontró en la transmisión de música mexicana un gran negocio y en los años inmediatos a su inauguración, comenzó a comercializar sus programas. El creciente éxito terminó por convencer a los empresarios de que la radio era el medio de comunicación del futuro, reflejo de la vida cotidiana de la sociedad, de sus gustos, de sus anhelos y de sus sueños.