EMBAJADOR DE LA MÚSICA VERNÁCULA Y BRAVÍA, MIGUEL ACEVES MEJÍA
Aceves Mejía vivió su infancia en plena Revolución Mexicana, cuenta un amigo suyo El Rey del Falsete no tuvo tiempo de asimilar lo que fue
Cuando era niño, a Chihuahua llegaban a cantar en las calles mariachis,
iban con una vihuela, un guitarrón y una guitarra, vendiendo las letras de las
canciones que tocaban a 10 centavos, fue entonces que El Rey del Falsete
descubrió el gusto por esa música, solía seguir a los mariachis por todas las
calles que recorrían, con tal de ir escuchando las canciones que interpretaban.
Pese a que tenía cierto grado de tartamudez, no le dio mucha importancia,
pudo más su gusto por cantar y por la música. Fue así que comenzó cantando en
su tierra natal, trabajo que combinada con el de mecánico. Luego, inició un
recorrido por otros estados, como Monterrey, donde participó en algunos
programas radiofónicos.
En el año 1936, Aceves Mejía fue contratado por una compañía teatral
ambulante, y a los 23 años, en 1938, inició de manera más formal su carrera
como cantante, tiempo en el que se unió al grupo Los Porteños, en Coahuila, el
cual era integrado por Emilio Andrade y Nicolás Jiménez.
Grabó su primer disco en Los Ángeles, donde radicó por poco tiempo y
luego llegó a la ciudad de México en 1940, donde luchó para entrar a
Fue hasta 1945 que incursionó en el género ranchero con canciones como
“Hay unos ojos”, “La embarcación”, “Oh gran Dios”, ésta última compuesta por
él. No tardó en recibir una oferta de la disquera RCA Víctor, quien lo contrató
como artista exclusivo, jamás cambió de disquera, pasó con ésta 61 años de su
carrera.
Sucedieron sus giras artísticas, la primera a Los Ángeles California,
donde estuvo acompañado del mariachi Vargas de Tecalitlán. Durante la década de
los años 60´s se pasó de gira en gira por todo el mundo de habla hispana.
Adquirió el nombre de El Rey del Falsete porque poseía una voz recia voz,
trabajaba con facilidad los registros agudos, muchas veces a tono; es decir,
sin usar el tan famoso “falsete” en casi ningún momento. Lo singular de su voz,
el color vibrante de esta, más su estilo algo aflautado hicieron un sello
distintivo de su voz, todo ello le valieron ese sobre- nombre.
Ya para entonces, era famoso por sus interpretaciones, como “Malagueña” y
“El Jinete” y reconocido como El Rey del Falsete, distinguido además por su
mechón blanco en el cabello.
DESCUBRIDOR DE TALENTOS
José Alfredo Jiménez, que aún no era conocido, todo lo contrario,
trabajaba como camarero en el restaurante “
También dio a conocer a Tomás Méndez con la canción “Gorrioncillo pecho
amarillo”.
SU MÚSICA
Grabó más de 2 mil canciones en 90 discos que abarcan todos los géneros
folklóricos, alcanzando ventas que le dieron discos de oro, esto tomando en
cuenta que en aquel entonces, la cifra para obtener un disco de oro era mucho
mayor que en la actualidad.
Muchas de sus canciones se pasaron de grabación de pasta a cinta
magnetofónica. Es de los artistas que más ha grabado, al menos en la disquera a
la que perteneció.
Su último fue titulado “Las número 1 de Miguel Aceves Mejía”, con 25
grandes éxitos.
Además de cantante, incursionó como compositor, destacan las canciones
“El pescado nadador” y “Oh gran Dios”.
Uno de sus mayores éxitos fu sin duda “
Fue reconocido a nivel nacional e internacional con “Camino de
Guanajuato”. Antes que nadie grabó “El Jinete”, “Ella”, “Guitarras de media
noche” y “Serenata huasteca”.
Sus interpretaciones más famosas son “La barca de Guaymas”, “El pastor”,
“La del rebozo blanco”, “Se me hizo fácil”,Destacan también los duetos que hizo
con Libertad Lamarque, Pedro Vargas y Marco Antonio Muñiz.
En muchos países fue conocido como “El Falsete de Oro”.
EL MARIACHI Y EL REY DEL FALSETE
Miguel Aceves Mejía tuvo gran amor por el mariachi, aseguraba que es la
identidad de México. En una entrevista declaró haber sido el primero en llevar
el mariachi por toda Sudáfrica.
Aseguraba que la canción ranchera fue la que
le dio nombre a México en todo el mundo, solía decir que el día que no hubiera
mariachi ni canción ranchera en México, sería como si no hubiera México, como
si no existiera.
El Rey del Falsete tuvo gran cariño por el mariachi, convivió con
Silvestre Vargas, Miguel Martínez, entre otros.
MUERTE
Antes de morir, El Rey del Falsete pudo
celebrar su último cumpleaños, sus 90 años, celebración realizada en su casa
ubicada en Calzada de las Águilas, día en que recibió llamadas de muchos de sus
amigos, entre ellos, del llamado Charro Francés, desde París y que festejó más
aún con la llegada del mariachi.
Apenas un año antes de su muerte seguía
recibiendo reconocimientos, tal es el caso de
A los 90 años de edad, tenía que usar una andadera para caminar, su
esposa era quien cuidaba de él, lo bañaba y le daba de comer.
Una semana antes de su fallecimiento, había salido de la sala de terapia
intensiva y los médicos habían dictaminado que su estado era estable, al menos
para alguien de su edad, pero tenía un problema de neumonía que consistía en
expulsar flemas, esto se agravó y tuvo complicaciones con su respiración, lo
que ocasionó un choque séptico finalmente, el lunes 6 de Noviembre a las 13:00
horas, falleció.
Se le rindió un homenaje en el recinto cultural, Bellas Artes, de cuerpo
presente el 8 de Noviembre, con la intención de que su público pudiera darle el
último adiós, al tiempo que un mariachi interpretó canciones que lo hicieron
famoso, como “Rogaciano el huapanguero”, “Anoche soñé contigo”, “El jinete”,
“El pastor” y “Cielo rojo”.
SU LEGADO
Se suma como expositor de la cultura y música mexicana en otros países, pero tal vez, su legado más importante, de El Rey del Falsete, como su nombre bien lo dice, es el claro ejemplo de una voz bravía, capaz de alcanzar registros agudos lo cual se dice por algunos músicos e interpretes vernáculos, ya casi no se hace cual debe, por ello es considerado uno de los grandes de la música ranchera. Es por ello que su falsete tiene reconocimiento internacional.